diciembre 23, 2025
septiembre 24, 2025
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Motegi y el título más simbólico en la carrera de Márquez

Este fin de semana en Motegi se corre más que un Gran Premio, allí, en la casa de Honda, Marc Márquez está a punto de escribir el capítulo más simbólico de su carrera: el noveno título mundial. Parece inevitable porque solo tres puntos lo separan de la gloria.

Para quienes lo vimos alzar coronas una y otra vez, esta “bola de partido” tiene algo de déjà vu pero también de reencuentro. Hay ansiedad en el ambiente, como si todo repitiera un ritual conocido.

Pero la tensión no solo viene de la pista: también pesa la decisión de un organizador que intenta reducir su legado restándole dos Mundiales. Una declaración de intenciones que, sin embargo, no logra opacar lo que está por suceder.

Márquez: El joven prodigio que transformó el motociclismo

Hablar de Márquez sin caer en halagos vacíos exige mirar atrás. No basta con contar títulos en MotoGP, como pretenden algunos que quieren reescribir la historia. Su grandeza está en el trayecto: aquel jovencito de Cervera que en 2010, con apenas 17 años, firmó un campeonato de 125cc con diez victorias y se convirtió en el campeón más joven de la historia —un récord que tardó once años en caer ante Pedro Acosta—. O el ascenso meteórico en Moto2, frenado solo por la diplopía, hasta coronarse en 2012 con nueve victorias y casi sesenta puntos de ventaja sobre Pol Espargaró.

La llegada a MotoGP fue un terremoto. En plena era de Rossi, Pedrosa y Lorenzo, Márquez irrumpió sin pedir permiso: debut con podio, victorias y el primer título en un abrir y cerrar de ojos. Apenas cuatro puntos lo separaron de Lorenzo en aquel 2013, el año en que un rookie desafió a los gigantes.

Después vendrían la aplastante temporada 2014, el turbulento 2015 y los cuatro títulos consecutivos entre 2016 y 2019. En esos años dio igual la moto, el rival o el contexto: Márquez siempre encontraba el camino a la cima. Parecía invencible. Hasta que el único rival capaz de detenerlo fue él mismo.

La lesión que abrió un capítulo de incertidumbre

La fractura de húmero en Jerez lo cambió todo. Lo dijo hace pocas semanas en DAZN: “Volver a correr en Jerez fue mi mayor error”. Ese error lo llevó a otra competencia, no contra Rossi o Dovizioso, sino contra su propio cuerpo. Dolor, operaciones, frustración, dudas de retiro que dieron paso a tres años de caídas y sombras con una moto que ya no funcionaba igual. Para ese entonces, muchos se preguntaron si volvería a ser el mismo.

Entonces llegó la decisión que parecía impensable: dejar Honda, su casa, su fábrica, su seguridad, para subirse a una Ducati satélite. Un múltiple campeón renunciando a contratos millonarios y patrocinadores históricos para correr casi gratis. Una apuesta que parecía una locura, pero que terminó siendo la jugada maestra.

Con Gresini regresaron las victorias, los podios, las sonrisas y los bailes. Cerró el 2024 siendo tercero en el Mundial, y Ducati tuvo que elegir: Jorge Martín, joven, aguerrido y ya campeón del mundo contra Francesco Bagnaia, o Márquez, el experimentado que, con una moto competitiva, sigue siendo llave maestra para ganar un campeonato. Eligieron al ’93’. Y no se equivocaron.

Porque el 2025 dejó el duelo entre Bagnaia y Márquez sobre el papel, para convertirse en la secuela de la obra que empezó en 2010: Márquez otra vez en modo imparable. Distintos rivales, otra fábrica, más madurez, pero la misma esencia de aquel chico de Cervera que corría con su hermano en motos de segunda mano y que hoy celebra cada triunfo como si fuera el primero.

Un campeonato que trasciende los números

Nueve títulos y cien victorias. Japón, escenario de tres de sus consagraciones pasadas, ahora lo recibe para cerrar un círculo. Allí, donde Honda lo vio crecer, Márquez vuelve con Ducati a reclamar el trono que nunca perdió del todo, solo lo dejó en pausa.

Falta apenas un empujón, tres puntos que parecen insignificantes frente a una trayectoria de gigante. Si no es en Motegi, será en Mandalika. Pero si sucede aquí, en la casa que lo vio nacer y en la moto que simboliza su reinvención, entonces el relato será perfecto.

Este título sería más que una estadística, sería el testimonio de una resiliencia feroz, un regreso humano antes que deportivo. Y para aquellos que lo hemos visto desde el inicio, será inevitable emocionarse. Porque más que números, Márquez ha devuelto al deporte lo que siempre tuvo: la certeza de que estábamos viendo a alguien irrepetible.

3 Comments Deja una respuesta

  1. Emocionarme leyendo sobre el deportista que más admiro del planeta, me suele pasar muy a menudo, pero lo que me encanta es deleitarme leyendo un articulo tan bien estructurado y con tanta profesionalidad periodística.

  2. Buenas, Daniela

    Tremendo fichaje el de Fran. Es todo un honor poder leer tu artículo.
    Produce placer!!! Ciertamente, te deja estupefacto por su sencillez pero profundidad. Bien armado y sin dejarvresquiciosnimportantes sin tocar. Insinúa en las heridas pero no se relame.

    Gracias por tocarnos, Daniela

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