A veces, las palabras más sencillas son las que más pesan. Después de varias semanas envuelto en un ambiente enrarecido —caídas, gestos de frustración y un silencio prolongado que alimentó todo tipo de teorías—, Pecco Bagnaia habló con MotoGP.com y dejó una entrevista que puede marcar un punto de inflexión. VÍDEO DE LA ENTREVISTA
El piloto italiano, dos veces campeón del mundo, abordó sin rodeos su relación con Ducati, su momento deportivo y la conexión con Marc Márquez, dejando entrever tanto su vulnerabilidad reciente como su voluntad de reencontrarse con el piloto que fue.
“Nunca dudé de Ducati”
“Nunca dudé de Ducati, porque creo que mi carrera puede empezar y puede terminar en Ducati. Es demasiado pronto para hablar del próximo año. Si me siento bien con mi moto, puedo luchar por ello. Pero si no, intentaré hacer lo que siempre hice: empujar y tratar de ponerlo todo en el mejor camino posible.”
La primera declaración es, quizás, la más contundente de todas. En un contexto donde se multiplican los rumores sobre tensiones internas, Bagnaia lanza un mensaje de lealtad. No elude que las cosas no funcionan, pero reafirma su compromiso con Borgo Panigale.
No hay exigencia ni ultimátum, solo una constatación: el vínculo entre Pecco y Ducati es emocional, casi identitario. Pero también deja entre líneas que su futuro —aunque él lo imagine de rojo— depende de volver a sentirse competitivo.
“No me reconocía a mí mismo”
“No me reconocía a mí mismo. Creo que nadie me reconocía. Y algunas personas empezaron a dudar de mi potencial, ¿no? Pero yo nunca perdí la confianza. Siempre estuve seguro de que mi potencial era luchar por ello, luchar por la victoria.”
En este pasaje, Bagnaia se despoja de la coraza. No busca excusas, pero admite haber estado perdido, tanto en sensaciones como en identidad deportiva. Reconoce la desconexión con su pilotaje habitual y la incomodidad de saberse fuera de sitio.
“He estado sufriendo mucho para encontrar mis sensaciones con la moto”
“He estado sufriendo mucho para encontrar mis sensaciones con la moto. No he podido empujar como quería. No he podido forzar la entrada en las curvas como solía hacer. Ha sido difícil mejorar, porque cada vez que hacía algo bien, perdía por otro lado. Durante toda la temporada he intentado adaptarme a esta moto. Pensamos que habíamos encontrado la solución, y quizá fui demasiado optimista.”
Esta es la descripción más técnica —y a la vez más humana— del calvario de Bagnaia en 2025. Habla de un bucle de ajustes sin salida, donde cada avance se paga con una renuncia.
La admisión de haber sido “demasiado optimista” es significativa: Pecco no se esconde detrás de los ingenieros ni del azar, asume que tal vez quiso creer demasiado pronto que los problemas estaban resueltos tras su victoria en Motegi.
“Mi lado del box trabajó muchísimo”
“Mi lado del box estuvo trabajando muchísimo. Los ingenieros trabajaron mucho para intentar adaptarme a la moto, para intentar que me sintiera cómodo. Pero había algo que no estaba claro. No me estaba adaptando a esa moto; estábamos cambiando esa moto.
Y no es fácil, porque cuando tu compañero está ganando y tú haces malos resultados, no es fácil seguir creyendo. Pero ellos nunca dejaron de trabajar.”
Aquí Bagnaia cambia el foco. Deja de hablar de sí mismo para reconocer la labor de su entorno. La frase “no me estaba adaptando a esa moto; estábamos cambiando esa moto” es casi una confesión de conflicto técnico, pero también una muestra de madurez: ya no busca culpables, sino explicaciones.
El contraste con Márquez, sin nombrarlo directamente, flota en el ambiente. “Cuando tu compañero está ganando y tú haces malos resultados” encierra la tensión de verse comparado con quien llegó y, en cuestión de meses, domó la misma moto que a él se le resiste.
“Tenemos una gran relación con Marc”
“Tenemos una gran relación (con Marc). Es uno de los mejores pilotos de la era MotoGP, del mundo. Con Valentino, obviamente, son los dos pilotos más fuertes, uno de los más fuertes del mundo. Así que solo puedes aprender de un piloto como él, y eso es lo que estoy intentando hacer.”
Bagnaia termina hablando con respeto y serenidad de Marc Márquez, disipando cualquier teoría sobre un enfrentamiento interno. La mención a Valentino Rossi, en el mismo plano que Marc, no es casual: Pecco coloca a los dos como referencias absolutas, y se ubica a sí mismo en la posición del aprendiz que quiere absorber conocimiento, no del campeón que compite a la defensiva.
Es, probablemente, la declaración más inteligente de toda la entrevista. Humaniza la rivalidad, desactiva la tensión y redefine su papel: del piloto en crisis al competidor que observa, aprende y quiere volver a su nivel.
Una entrevista que parece una reconciliación
Más allá de los titulares, esta conversación suena a reconciliación. No solo entre Bagnaia y Ducati, sino entre Bagnaia y Bagnaia.
El italiano no ofrece respuestas definitivas, pero sí muestra algo que hacía tiempo no se veía en él: autocrítica, serenidad y propósito.
Pues si es muy esclarecedor sus comentarios ahora veremos si eso vale para las cuatro carreras que quedan.
Eso si es de alabar el comentario sobre su equipo de ingenieros y mecánicos, es justo y merecido.
Y para terminar me gusta el comentario sobre Valentino y Marc, no valdrá de cara a terminar con la rivalidad, pero baja la tensión.
Por fin hace autocrítica espero que valga de algo.