Marc Marquez SPA Ducati Lenovo Team Ducati MotoGP GP Argentina 2025 (circuit Termas De Rio Hondo) 13-06/03/2025 

photo: MICHELIN

Icónico Márquez

La temporada 2025 de MotoGP será recordada por muchos motivos, el debate GP24-GP25, la situación de Pecco Bagnaia, un Alex Márquez mostrando un nivel que no habíamos visto anteriormente en la categoría reina, los números, los récords, pero más allá de todo eso será recordado por encima de todo como el año en el que Marc Márquez recuperó su posición como referencia, como vara de medir del campeonato.

El volver a ver al #93 de Cervera ganando no era algo que para el colectivo general del aficionado fuese un imposible, lo que quizás sí que estaba más en duda es que pudiese volver a ser esa influencia, ese «killer» que sabe medir todo a la perfección para de una forma u otra hacerse con la suya, como ha hecho siempre, esto es lo que suele definir los buenos pilotos de los muy buenos y los muy buenos de los especiales, como Marc.

Marc Márquez celebración Ángel Nieto Argentina
Marc Marquez SPA Ducati Lenovo Team Ducati MotoGP GP Argentina 2025 (circuit Termas De Rio Hondo) 13-06/03/2025 

photo: MICHELIN

Dentro del Icónico 2025 de Marc tengo que empezar recordando el GP de Argentina, con esa especial dedicatoria a Ángel Nieto, tras igualar un registro de victorias que desde crío siempre escuché como algo absolutamente inalcanzable, en mi mente que otro piloto español pudiera siquiera acercarse al número de victorias del maestro era más una utopía que una posibilidad que yo fuese a vivir con mis ojos, pero claro, tenía que llegar otro genio a la altura de Ángel para que esto ocurriese, no podía ser otro, otro nieto, no de sangre, pero sí deportivo.

Este momento tan especial, que seguro emocionó a más de uno con más o menos canas calzadas, era el perfecto presagio de una temporada que iba a estar llena de momentos para el recuerdo como este.

Marc Márquez en COTA
Marc Marquez SPA Ducati Lenovo Team Ducati MotoGP GP USA 2025 (circuit COTA) 27-30/03/2025 

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Sólo tuvimos que esperar una carrera para ver otro momento iconográfico, pero este no estaba en el guión de nadie, quizás sólo en la mente privilegiada que tiene Marc, capaz de, en momentos de incertidumbre, marcar la diferencia con respecto a sus rivales. Una de las escenas más comentadas del año, la lluvia amenazaba y todos los pilotos estaban viviendo los momentos previos del Gran Premio de COTA con dudas, en ese desconcierto Marc tomó la decisión de salir corriendo de su posición en parrilla para ir a buscar su segunda moto en el box. Esa carrera a contrarreloj desató una reacción en cadena. Al verla la gran mayoría de pilotos comenzaron a imitarlo y salieron corriendo detrás de él, tercera carrera del campeonato os recuerdo a todos, esta imagen define algo profundo sobre el campeón del 2025, Marc sigue siendo el piloto que cambia absolutamente el comportamiento del resto de pilotos.

Hay pocos escenarios más cargados de significado emocional que el coliseo toscano, hogar espiritual de Ducati y uno de los templos del motociclismo mundial. Ganar en Mugello siempre es diferente. Ganar allí con Ducati ya es una consagración. Pero lo que ocurrió después de la victoria de Marc en 2025 pertenece a otra dimensión. Nada más cruzar la meta, en uno de los días más potentes de su temporada, Marc se acercó a la grada roja, tomó una bandera de Ducati y la clavó en la grava de Mugello con un gesto que parecía sacado de una pintura histórica, como si estuviera marcando territorio, como si estuviera conquistando un territorio emocional que no había sido suyo durante toda su carrera y todo frente a la grada de los tifosis de Borgo Panigale.

Ese acto, que podría parecer sencillo, encapsula una transformación profunda. Marc, el hombre que fue sinónimo de Honda durante una década, el hombre que parecía imposible de imaginar vestido de otro color que no fuera el naranja HRC, había abrazado a Ducati por completo, y el público italiano había hecho lo mismo con él. La imagen del estandarte plantado no es una celebración más: es una declaración de pertenencia. Es la representación física de una alianza emocional que, durante años, parecía no tener lugar en la lógica del deporte. Por eso esa imagen quedará. Porque sintetiza el punto exacto en el que Marc dejó de ser «solamente» Marc Márquez para convertirse, también, en Marc Márquez de Ducati.

Marc Marquez SPA Ducati Lenovo Team Ducati MotoGP GP San Marino 2025 (circuit Misano) 12-14/09/2025 

photo: MICHELIN
Marc Marquez SPA Ducati Lenovo Team Ducati MotoGP GP San Marino 2025 (circuit Misano) 12-14/09/2025 

photo: MICHELIN

Misano, un fin de semana que por parte de algunas personas que se hacen llamar «aficionados» que de forma lamentable celebraron la caída de Marc el sábado en la sprint, no sabían que estaban poniendo los cimientos para que Márquez nos regalase otra de las escenas más iconográficas de los últimos años. Tras imponerse el Domingo a Bezzecchi llegó al podio con la determinación de quien sabe que está escribiendo su propia historia. Fue entonces cuando levantó su mono hacia la grada, sosteniéndolo con los brazos extendidos. Al levantar el mono, no estaba enseñando un trozo de cuero. Estaba diciendo: “Aquí estoy. Esta es mi identidad. Este es mi camino. Esto es lo que represento.”

Así que en parte habría que agradecer, no sólo a esos personajes de la grada, sino también a los otros que estando en el paddock, invitados por equipos, increparon a Marc Márquez y su entorno, una conducta peligrosa que debería ser, sobretodo dentro del Paddock, un lugar donde todos los pilotos deberían sentirse protegidos y respetados, perseguida y castigada.

Marc Marquez SPA Ducati Lenovo Team Ducati MotoGP GP Japan 2025 (circuit Twinring Motegi) 26-28/09/2025 

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Después de lograr allí uno de los resultados que terminó de consolidar el título mundial, Marc se acercó a la torre del circuito, la torre donde cuelgan los nombres de los campeones del mundo, y la abrazó. No la tocó simplemente. No la rozó. La abrazó con ambos brazos, como quien se reencuentra con algo que creía perdido para siempre.

Esa imagen es quizá la más íntima de toda la temporada. No tiene la teatralidad de Misano, ni la tensión de Austin. Es una imagen silenciosa. Profunda. Cargada de memoria. Es la fotografía de un hombre que se ve a sí mismo dentro de una historia que pensó que ya no le pertenecería.

Es una metáfora física del regreso: volvió al lugar donde estaban los campeones, y necesitó sentirlo. Necesitó tocarlo. Necesitó abrazarlo. Necesitó comprobar que era real.

Cuando dentro de muchos años se hable de 2025, no se hablará únicamente de un título. Se hablará de Austin, de Mugello, de Misano, de Motegi. Se hablará del corredor que volvió a correr hacia boxes como si su vida dependiera de ello y todos le siguieron. Del campeón que clavó una bandera en tierra enemiga convertida en aliada. Del icono que levantó su mono como quien levanta un manifiesto. Del hombre que abrazó una torre como quien recupera una parte de sí mismo. Se hablará de un deportista que regresó, sí. Pero, sobre todo, de un deportista que volvió a ser icono. Porque la victoria puede ganarla cualquiera. Pero la iconografía… la iconografía solo la crean los elegidos.

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