No, Pedro Acosta no corrió sin electrónica ni control de tracción en Sepang

Estoy viendo que se está repitiendo hasta la saciedad una idea tan llamativa como errónea: que Pedro Acosta corrió el domingo en Sepang sin los controles de electrónica de su KTM. Una afirmación que ha aparecido en algunos medios y canales especializados y que, aunque puede tener una explicación en el malentendido inicial de sus propias declaraciones, no se ajusta a la realidad.

Todo surge tras sus palabras en el corralito, recién terminada la carrera:

“Estaba muy enfadado con el warm up, hemos tocado un par de cosas y no iba bien, lo he cambiado todo y hemos quitado todos los controles.”

Con esa frase, muchos entendieron literalmente que el piloto murciano decidió competir sin ayudas electrónicas, como si se tratara de una moto de los años noventa. Pero basta con escuchar su explicación completa y entender cómo funciona la gestión electrónica en MotoGP para comprobar que no fue así.

Acosta, más tarde, matizó lo ocurrido con una frase que lo deja todo mucho más claro:

“Ya ayer sufrí mucho con el desgaste de goma, hoy hemos probado algo en el warm up y hemos ido para atrás. Nunca me convenció lo que probamos y hoy menos. Estábamos indecisos, y como peor no podemos ir, he pedido que me quitaran todo, como si fuera una carrera normal, en la que no hubiera desgaste de las gomas, y gestiono yo, como pudiese, con el gas, con el freno, con los ‘pick up’, con el dispositivo de altura… si me hundo en el pozo como siempre, me hundo yo solo.”

La clave está en la expresión “he pedido que me quitaran todo, como si fuera una carrera normal”. No significa que Pedro corriera sin control de tracción o sin gestión electrónica, sino que el equipo eliminó el mapa de control excesivamente restrictivo que habían probado en el warm up para intentar reducir el consumo de la goma trasera.

El contexto técnico ayuda a entenderlo. Según me explican desde dentro del paddock, “el consumo de la goma blanda era altísimo, pero nadie quería correr con la media porque el rendimiento era claramente inferior”. En esa búsqueda de equilibrio, el equipo de Acosta probó en el warm up un control de tracción muy conservador, diseñado para limitar la entrega de potencia y proteger el neumático. Pero el resultado fue el contrario: el murciano se sintió completamente desconectado de la moto.

Así que, de cara a la carrera, Acosta pidió volver a la configuración estándar, el “control de tracción normal” que utiliza habitualmente. Ni lo eliminó, ni corrió sin electrónica, simplemente renunció a la versión experimental que habían intentado probar. Como bien me resumió un técnico del paddock:

“No corrió sin control de tracción ni sin electrónica. Corrió con lo que lleva siempre, no con uno bestia para cuidar la goma.”

En otras palabras: lo que quitó no fueron los controles, sino las limitaciones añadidas.
A partir de ahí, el resto fue mérito puro de piloto. Acosta gestionó él mismo el agarre con el gas, el freno y el dispositivo de altura, controlando el desgaste de manera espectacular. Su segundo puesto en carrera lo confirma.