Con el resultado en Mandalika, no solo se prolongó la mala racha de Marc Márquez en este trazado: el nuevo campeón del mundo —por novena ocasión— volvió a lesionarse el brazo derecho y se perderá, al menos, los dos próximos grandes premios.
Pero el Gran Premio de Indonesia, además de ser negativo para el ‘93’, estuvo cerca de serlo también para toda Ducati. De no haber sido por un pletórico Fermín Aldeguer, o por los errores que impidieron el podio de Luca Marini y Álex Rins —ocupado finalmente por Álex Márquez—, estaríamos hablando del peor fin de semana de la marca en toda la temporada.
El debate entre la GP25 y la GP24 ha sido uno de los más persistentes del Mundial. Y aunque Ducati sigue siendo la moto más fiable de la parrilla, los de Gigi Dall’Igna podrían estar enfrentando sus propios límites. Después de varias temporadas siendo indiscutiblemente los mejores, sin un rival que realmente amenazara su dominio y convirtiendo en campeones del mundo a Francesco Bagnaia y Jorge Martín, ahora surge una duda: ¿podrán mantener esa tendencia?
El efecto Márquez y las sombras internas
El regreso a la gloria junto a Márquez ha sido la cúspide del éxito de Ducati. A diferencia de los dos campeonatos previos —disputados entre pilotos de la misma marca—, el de Cervera se adaptó con una facilidad pasmosa y sentenció el título con amplia ventaja, en su primera oportunidad y para sorpresa de nadie.
El brillo de Márquez ha sido tan intenso que incluso ha opacado las fisuras internas de Borgo Panigale, especialmente en Francesco Bagnaia. El italiano, más allá de su destello en Japón, no ha logrado reencontrarse con las sensaciones que lo llevaron a dominar años atrás.
Y si bien muchos lo atribuyen únicamente al “factor Márquez”, a estas alturas ya podemos hablar de algo más profundo: Ducati parece rozar ese techo invisible que separa la innovación del refinamiento.
Una segunda mitad que deja señales
La pretemporada 2025 prometía un gran duelo en el equipo oficial y grandes expectativas con la GP25 de Fabio Di Giannantonio, el entorno favorable para Franco Morbidelli con la GP24, el debut de Aldeguer y el potencial de Álex Márquez.
Y, en efecto, la temporada comenzó con Ducati marcando distancia. Pero carrera a carrera, Aprilia, KTM e incluso Honda comenzaron a colarse en los podios con frecuencia.
Los números confirman la tendencia: en las últimas nueve carreras —la segunda mitad del campeonato— los pilotos de Ducati han sumado menos puntos que en la primera.
El equipo Gresini, el más sólido entre las estructuras satélite, vio cómo Álex Márquez pasó de 230 puntos en la primera mitad a 132 en la segunda, lastrado por su lesión y un rendimiento menos dominante. Solo el debutante Aldeguer rompió la tendencia: saltó de 78 a 103 puntos, impulsado por su victoria en Indonesia.
En el VR46, las expectativas tampoco se cumplieron. Morbidelli, sexto en el Mundial, cayó de 128 a 79 puntos, mientras Di Giannantonio, pese a contar con una moto oficial, apenas sumó 71 frente a los 120 de la primera parte. Ni siquiera sus tres podios sprint consecutivos bastaron para disimular la pérdida de consistencia.
En el equipo oficial, solo Márquez escapó al patrón. Ya campeón, mejoró incluso su balance (275 puntos frente a 270) con una regularidad implacable. Bagnaia, en cambio, firmó una segunda mitad discreta: 114 puntos frente a los 160 iniciales, seis grandes premios sin podio y un doble abandono en Indonesia que compromete su tercer puesto ante un Bezzecchi que ya está a solo veinte puntos.
Lo más revelador de este segundo tramo no es solo la desaceleración de Ducati, sino el impulso de sus rivales. Casi todos han dado un salto de rendimiento: Bezzecchi con Aprilia pasó de 94 a 160 puntos; Pedro Acosta de 84 a 131; Quartararo de 61 a 97. También crecieron Binder (76 vs. 42), Raúl Fernández (76 vs. 36), Bastianini (54 vs. 35) y Marini (72 vs. 36). Incluso Joan Mir mejoró de 32 a 45 puntos, y el debutante Somkiat Chantra sumó sus únicos seis en esta segunda mitad. En conjunto, las cifras envían un mensaje claro: mientras el resto avanza, Ducati se mantiene.
Sin Márquez, el examen crucial
La ausencia de Márquez —a la espera de su recuperación tras la operación para estabilizar la fractura de coracoides y reparar los ligamentos acromioclaviculares— abre un escenario de evaluación para Ducati. No se trata de una crisis, porque no hay una caída abrupta de rendimiento, pero sí de una desaceleración natural en un contexto donde los rivales sí han dado un paso adelante.
La forma en la que Ducati cierre su temporada 2025 marcará el tono del próximo año. Sin Márquez, podremos comprobar si la moto sigue siendo suficiente o si deberán encontrar esas milésimas que separan al dominio de la resistencia.
Muy esclarecedor este artículo de opinión de la periodista de Medellín, Daniela Torres a marcado con palabras y números la realidad latente de GP