El test de Misano dejó más preguntas que respuestas y, como suele ocurrir en MotoGP, lo más relevante no fue la tabla de tiempos sino las señales que cada equipo y cada piloto enviaron de cara al futuro inmediato. Pedro Acosta fue el más rápido con un 1.30.374 que lo situó a solo dos décimas de la pole marcada el sábado por Marco Bezzecchi, confirmando que su adaptación a la categoría reina ya no es noticia sino una realidad consolidada. Detrás, Alex Márquez y el propio Bezzecchi completaron las tres primeras posiciones, ambos sin grandes novedades técnicas, mientras que Marc Márquez terminó sexto tras una jornada tranquila en la que solo se le apuntó una caída sin consecuencias en la curva 2.
La atención en Ducati se centró en Pecco Bagnaia, octavo, que trabajó con dos configuraciones distintas y con la presencia en su box de Casey Stoner. Desde Italia se informó de que una de sus motos incorporaba elementos de la GP24, la máquina con la que logró tantas victorias el año pasado. La búsqueda de confianza se ha convertido en el eje de un piloto que no consigue sentirse competitivo con la GP25 mientras al otro lado del box su compañero domina el campeonato sin fisuras. El contraste es cada vez más evidente y obliga a Ducati a acompañar a su bicampeón en un proceso en el que lo técnico y lo mental se entrecruzan.
Yamaha centró la expectación con el estreno oficial del motor V4 en manos de sus pilotos de fábrica. Fabio Quartararo completó más de 30 vueltas y fue categórico al comparar: “ahora mismo es peor, no creo que resuelva nuestros problemas”. Alex Rins fue el mejor situado de los tres, pero también admitió que la nueva moto no representa todavía un avance. El paso al V4 era inevitable para alinearse con el resto de fabricantes, pero la primera muestra pública confirma que la brecha respecto a la competencia seguirá abierta durante un tiempo.
En Aprilia, Bezzecchi y Raúl Fernández dedicaron la jornada a probar ajustes de chasis y electrónica, mientras Jorge Martín, pese a una caída final, destacó las mejoras en estabilidad y frenada derivadas de un nuevo planteamiento ergonómico. En Honda, Luca Marini volvió a ejercer de referencia interna, probando un chasis más estrecho en la parte delantera y novedades aerodinámicas que apuntan a una RC213V algo más competitiva. El italiano, que viene de renovar contrato, parece consolidarse como el líder natural de un proyecto que busca dejar atrás la crisis técnica de los últimos años.
El cierre lo pusieron los pilotos probadores. Dani Pedrosa rodó con dos configuraciones de la RC16 de KTM, Michele Pirro trabajó para Ducati y Augusto Fernández se mantuvo en pista con la Yamaha V4, confirmando que el prototipo necesita todavía mucho recorrido. Al final, la jornada dejó un panorama desigual: un Acosta que ya marca la pauta en los test, un Bagnaia que sigue atrapado entre dudas y comparaciones con el pasado, un Márquez estable en su camino al título, una Yamaha que afronta un largo proceso de transición y un Honda que respira con pequeños avances. Más que conclusiones definitivas, Misano ofreció un recordatorio de que en MotoGP los test son ventanas a futuro, pero nunca sentencias.
Unos test que aclaran pocas cosas, pero que me da alegría por Honda que parece dar pasitos poco a poco.
Ducati con Pecco es algo inexplicable y eso lleva a un box moralmente destruido.
Genial ver a Acosta dar pasitos ojalá la KTM le acompañe en el resto de la temporada.
A seguir así Fran, un abrazo.
Interesante resumen del tesGP de Misano, Fran, tus nueve horas de directo, retransmitiendo este evento, dan su fruto sobrado en este artículo . Enhorabuena y adelante con tus proyectos.